SANTIAGO 1: 2-3
Hace unos años estando en la universidad estudiaba con mucho empeño y preocupación para un examen de una materia que me resultaba muy difícil, cuando de repente un amigo que vio mi aflicción me comentó mientras reía; esa materia es fácil, yo ya la pasé!.
En el momento este comentario no me pareció para nada agradable ni atinado, pero la verdad es que en Santiago 1:2-3 Santiago le escribe a la iglesia diciendo, “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”.
Si leemos a la ligera podríamos fácilmente adoptar una actitud parecida a la que tuve ante el comentario de mi amigo, y pensar, este comentario no es muy agradable. ¿acaso Pablo no sabe el problema por el cual estoy pasando?, la verdad es que si, el sabía, pues era de carne y hueso como tu y yo. Conocía los problemas financieros, de salud, persecución etc., pero cuando escribe este capítulo está tratando de ayudar a la iglesia a pensar de una manera diferente, a pensar con una mente puesta en la eternidad y sabiendo que cada aflicción que enfrentemos aquí nos ayudará a mejorar nuestro carácter, a ser más fuertes, y confiar más en Cristo Jesús.
No te desesperes por la situación que estés atravesando, Jesús dijo que tendríamos aflicción. puedo entender que quizás estés enfrentando un problema de salud o financiero, donde digas , quiero rendirme, quiero tirar la toalla.
No hermano, no lo hagas, pon tu fe en Dios y vamos a aprovechar este momento para ofrecer nuestra mejor adoración a Padre celestial.
No te rindas, sigue adelante, porque nosotros los creyentes en Cristo Jesús tenemos vida eterna asegurada, todo esto pasará y vamos a estar con Cristo por la eternidad.
